Esta propuesta, que respeta los principios básicos de la educación Creadora, quiere difundir la necesidad de experimentar libremente y espontáneamente con la pintura, el dibujo y el barro, para que el niño pueda acceder mediante la expresión libre en su mundo interno, conectarse con él mismo y sus necesidades, abrirse a un espacio personal y singular, al margen de criterios externos, especialmente estéticos o artísticos. Esta libertad de expresión, queda protegida de cualquier tipo de juicio o modelo externo para un acompañamiento absolutamente respetuoso con su trazo y cuidadoso con las resoluciones técnicas que se deriven del material o la utilización de las herramientas. Para proteger la expresión singular de cada niño y evitar comentarios ajenos, las obras no se expondrán.
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